Leer No Leer

A los que les apasiona la literatura, seguramente disfrutarán de No leer.

No leer es una fiesta de libros. No leer es leer uno y cien libros. Leer No leer, produce placer.

Espero que con el comienzo de esta columna no se concluya que padezco un estado de demencia, aunque sea temporal. Seguramente raye cierto desvarío en otros planos de la vida, pero la cordura es plena a la hora de recomendar un formidable libro que, aunque no es una novedad, hace pocas semanas que se distribuye en Uruguay.

Se trata de un libro, editado en 2012, de deliciosas crónicas y breves ensayos literarios. El título elegido es, precisamente, No leer. El autor es un periodista, escritor y poeta chileno, Alejandro Zambra (1975).

En la contratapa se explica que “el título del libro es un generoso engaño que alude al momento en que Zambra dejó de ejercer la crítica literaria semanal (en prestigiosos diarios chilenos) y comenzó a experimentar, como él mismo dice, el placer de no leer ciertos libros, lo que le permitió abrazar otras lecturas, más reposadas pero también impetuosas, de obras menso habituales en la agenda periodística.”

Los autores que pasan bajo la mirada de Zambra son los clásicos, desde Jorge Luis Borges, hasta Kafka, pasando por casi todas las voces más importantes de la literatura latinoamericana. Uruguay no está ausente. Se puede leer, por ejemplo, una crónica sobre Juan Carlos Onetti. “Releer a Onetti es leerlo por primera vez, o al menos eso pensé ahora, al volver a sus cuentos, al repasar sus novelas: recordaba frases enteras, atmósferas, argumentos, personajes y escenarios, pero mientras duraba la lectura los recuerdos perdían precisión, a la vez que ganaba siempre, la novedad de la frase, la contingencia de leer aquí y ahora. (…) Onetti no escribía para hacer literatura, sino para acercarse –y acercarnos- a las preguntas que nadie puede contestar.”

En otra de las notas, hace un paralelismo entre la obra de Mario Levrero con Kafka. “Levrero terminó escribiendo una obra personalísima (…) Mientras sus contemporáneos seguían firmando versiones rutinarias de la gran novela latinoamericana, él construía una literatura nueva irreductible a los patrones de lectura por entonces vigentes.”

Además, como corresponde, le dedica un buen espacio a los más destacados de la literatura chilena, como Roberto Bolaños o Nicanor Parra.

Algunas de las notas se refieren al oficio de escritor y algunos hábitos vinculados con la lectura, como el disfrutable “Elogio de la fotocopia”. “Las primeras campañas contra la fotocopia  de libros fueron para nosotros, en este sentido, una especie de agresión: querían quitarnos el único medio que teníamos para leer lo que verdaderamente queríamos leer.”

Si tuviera que marcarle una falta, el libro escasea en información. Hubiera sido deseable que si se manejaran algunos datos, como por ejemplo años de nacimiento de los escritores que se reseñan, o mínimas contextualizaciones sobre las obras. En este sentido, el libro de Zambra parte de ciertos supuestos. Aunque pude parecer un libro para entendidos, no lo es. La prosa del periodista chileno es tan sencilla como atractiva.

No leer es una buena entrada al mundo de los libros y, si uno ya está en ese mundo, es un tránsito sobre lúcidas reflexiones.

NO LEER. Alejandro Zambra. Editorial Alpha Decay, colección Héroes modernos. Barcelona, 2012. Distribuye Aletea. 231 págs.