22 de diciembre de 2008
18 de diciembre de 2008
Clarel Neme
Pintar a pesar de todo
Un libro de Miguel Ángel Campodónico
Un libro de Miguel Ángel Campodónico
Charla en la presentación del libro
"Clarel Neme. Pintar a pesar de todo".
Museo de Artes Visuales. Montevideo, 17 de diciembre de 2008.
Museo de Artes Visuales. Montevideo, 17 de diciembre de 2008.
No hay caso. Si Ud. quiere leer una buen ensayo biográfico elija cualquiera de los que publicó Miguel Angel Campodónico. Este escritor montevideano que en los últimos tiempos se ha dedicado a publicar este tipo de trabajos sobre nombres famosos de la política, los medios de comunicación y ahora del arte, nos ha demostrado que puede recorrer con éxito este camino, al igual que en el que ya lo conocimos, con similar fama, como narrador.
Aunque seguramente la mayoría de los que estamos aquí reunidos ya conocemos su obra, déjenme recordar que Campodónico es narrador y periodista. Trabajó en el semanario “Aquí”, en otras publicaciones y actualmente en la revista Maldoror. Entre sus libros mencionemos “Blanco, inevitable rincón”, “Donde llegue el río pardo”, “Descubrimiento del cielo”, “Hombre sin palabras” (publicada en Francia), “La rebelión de los sordos” y “Palabra de Robles”, entre otros.
En 1986 recibió el Premio Fraternidad de la B'Nai B'rith por su obra narrativa. En 1990 el Primer Premio Municipal de narrativa. También publicó “Uruguayos por su nombre: sepa quién es quién” y “Diccionario de la cultura uruguaya”.
Hoy celebramos a varias bandas la publicación de este libro. Por un lado que Miguel haya incursionado en el ensayo biográfico de una figura de las artes plásticas como fue Clarel Neme.
Celebramos también el justo recuerdo a un artista que no formó parte de ninguna camarilla artística, tan frecuentes en el panorama cultural uruguayo. Neme fue único. Durante el libro se lee sobre varias voces que lo definieron como “personal”, “auténtico”, “impar”, entre otras denominaciones.
Celebremos que muchos conocerán a Neme y a su obra, gracias a esta patriada que los editores encaran. Editores muy sui generis porque son amigos que quisieron recordarlo y han publicado esta maravilla de trabajo. Aliento a que este libro se difunda, se distribuya, esté a disposición de un público sediento de trabajos de esta calidad sobre arte uruguayo. Yo por lo pronto entrevistaré a Miguel este sábado en mi programa de radio, así que me gustaría saber desde cuándo el libro estará a la venta.
Esta noche es una noche de celebraciones. Como tantas de las que participó Clarel Neme en su vida. Porque, según da cuenta Campodónico en el libro, era un hombre que gustaba de disfrutar de las cosas buenas de la vida. Se perdía la carne, claro, por su empecinado vegetarianismo, pero igualmente disfrutaba de la amistad, del afecto, de las reuniones, de las comidas, de las clases, de las tertulias con amigos y discípulos, de sus amores y desamores, de sus mujeres, las permanentes y las ocasionales. Porque la biografía no ahorra detalles tampoco en detalles .... “poco plásticos”, aunque “muy artísticos”, porque sin duda que seducir, es todo un arte.
Hay dos niveles para disfrutar del libro que hoy presentamos. Un nivel visual, el que nos permite transitar los dibujos de Clarel Neme y el del relato, el de la vida de Neme, contada por Campodónico. Ambos igualmente disfrutables.
Mi primer contacto con la obra de Neme fue apenas llegué a Montevideo desde San José, en 1978. Vi su obra en algún programa de televisión o en algún diario. Recuerdo que siempre me llamó la atención su nombre (Clarel..... ¿hombre o mujer?) y luego la obra. Yo ya sentía mucha curiosidad por la caricatura. Pero hasta el momento había visto solamente caricaturas periodísticas. Recién a los catorce o quince años, al ver los cuadros de Neme, descubrí el mundo del humor en la pintura, de la sátira y por qué no de la caricatura, más allá del dibujo de prensa. Recuerdo hasta hoy el deslumbramiento que fue descubrir aquellas pinturas. Después, en aquella época, conocí el trabajo desenfadado de otro artista, igual que Neme, injustamente no reconocido, Hugo Longa. Ya que menciono a Longa, hay un hecho ocurrido en 1970 que tuvo como protagonista a Clarel Neme y a su esposa Alicia Karlen Gugelmeier, que lo visitaron en su taller. Luego de toda una tarde de charla y mirando la obra, Alicia compró la producción de todo un año de Longa: 12 cuadros, 28 telas, 30 acuarelas y 10 objetos. Al día siguiente, Longa renunció al banco en el que trabajaba en lo que fue el comienzo de una carrera artística única.
Aquellas obras de Neme que descubrí hace tantos años, las que se pueden disfrutar en las formidables reproducciones de este libro, provocan la reflexión, la mueca y la sonrisa. Están cargadas de ironía, humor, sátira.
En un ensayo sobre lo cómico y la caricatura, Charles Baudelaire escribió que «la risa es satánica, luego es profundamente humana. En el hombre se encuentra el resultado de la idea de su propia superioridad; y, en efecto, así como la risa es esencialmente humana, es esencialmente contradictoria, es decir, a la vez es signo de una grandeza infinita y de una miseria infinita. Lo cómico, la potencia de la risa está en el que ríe y no en el objeto de la risa».
“Lo cómico, la potencia de la risa está en el que ríe y no en el objeto de la risa...” dijo Baudelaire... pensemos en cualquiera de los dibujos más risibles de Clarel Neme y nos daremos cuenta que esa reflexión adquiere una dimensión increíble.
“El arte siempre debe hacer reír un poco y atemorizar un tanto. Todo lo que sea, pero sin aburrir. El arte no tiene el derecho de aburrir” dijo el artista francés Jean Dubuffet.
Neme fue un cultor del humor negro a través de mucha de su obra. El humor negro es un humor rebelde y despiadado. Existe desde hace larga data y forma parte de la más pura tradición humana, pese a que disguste a muchos, sobre todo a las víctimas.
Tuve un maestro que disfrutaba mucho mientras dibujaba. Se divertía y muchos de sus dibujos también transitaban por el andarivel negro del humor. Si Uds. me permiten quiero tener un recuerdo especial para él porque forma parte de esa estirpe de artistas plásticos de los que quedan pocos, como Neme. Me estoy refiriendo al querido Guillermo Fernández, a cuya ausencia no me acostumbro. Y me consta, porque así me lo han dicho los alumnos, de Neme se puede decir lo mismo que de Guillermo, como escribió Rosario Peyrou, que “en su taller fue un maestro deslumbrante que ejercía una especie de fascinación en sus alumnos, por el modo con que ayudaba a adueñarse de los lenguajes visuales y a encontrar el propio camino. (...) En sus clases mostraba "en vivo" la diferencia entre una pintura de imitación y una pintura de síntesis visual, de invención genuina; creía en una "gramática" visual, independiente de los estilos, de la figuración o la abstracción.”
No tuve la suerte de conocer a Clarel Neme, pero seguramente él disfrutaba muchísimo de dibujar y de pintar las situaciones que creaba. Lo imagino dibujando parado, como cuenta Miguel, ideando situaciones como la de “Matando angelitos”, por ejemplo. Siguiendo con el razonamiento de la risa, cito a Nietzsche "La risa es un ser malicioso, pero de conciencia tranquila".
La sátira y la caricatura son formas del humor. Son expresiones burlescas de un pensamiento lleno de gracia.
Hay tres discusiones que no me interesa mantener. Hay tres discusiones que ya fueron. No gasto ni un segundo en tenerlas: una es la nacionalidad de Gardel, otra es el decanato de Nacional y otra es sobre Neme, sus gordas y Botero. De todos modos, sobre este punto, el libro de Miguel Ángel es muy preciso en los juicios de los críticos y los artistas.
Solamente voy a elegir el de mi coterráneo Nelson Romero que fue terminante al definir la condición de “maestro” de Clarel por su calidad plástica, su manejo impresionante, su soltura extraordinaria. Romero se indignaba que Neme no sea reconocido como debía serlo. “Si lo comparo con lo que hace Botero, siento que Neme es infinitamente superior por le manejo plástico que desarrolla. Botero hacer agradable que puede ser lindo para colgar en la pared pero es evidente que tiene un marketing que lo ha inflado. Botero tiene receta, siempre pinta de la misma forma, mientras que Neme muestra un dominio absoluto del lenguaje plástico con una gran soltura y espontaneidad. El es un referente ineludible de l a plástica nacional, es más, integra el patrimonio universal de la pintura, por eso es hora de que tenga el reconocimiento que se merece.” Pero no insistiré con esto teniendo aquí a Alicia Haber.
Hay una reflexión que quisiera también destacar de las que se manejan en el texto de Campodónico. Es la de Ma. Luisa Torrens porque interpreta, a mi gusto, acertadamente esta temática en particular de la pintura de Neme. Escribió en “El País” que “las gordas de Clarel Neme develan un nuevo rostro del Uruguay, un rostro que había permanecido oculto u olvidado a los ojos de los plásticos, que formaba parte de esa anestesia general que aquietó al país por varias décadas. Un consenso general ha establecido que la sociedad uruguaya es una sociedad de obesos.”
Neme es una de las figuras más intensas de la plástica de su generación, que por decisión propia ocupó el lugar que ocupó, pero con un ambiente que se entretenía con fuegos de artificio o atendiendo ciertos círculos pseudo-artísticos. Su inventiva, su creatividad, su humor, sus obras, trasciende el tiempo. Su estilo es directo, claro, conciso e inteligente. Pintura del desenfado, atrevido, irreverente, anárquico e imprevisible. Descubre formas ocultas y despierta sonrisas y reflexiona aburridas convenciones de la imagen, que no admiten una lectura lineal. Neme está lleno de entrelíneas. Miremos el cura con una mosca en la nariz. La vida de Neme también está llena de entrelíneas que Miguel Ángel Campodónico procura desvelar. La pintura de Neme hace visible lo implícito. Hace explícito lo que está en un segundo plano. A veces sentimos que en algunas manifestaciones artísticas –la pintura particularmente- existe una desmedida pasión por lo real. Y el camino transitado por Clarel fue diferente.
Neme es uno de los artistas más originales que hubo en el país. No se parece a ninguno, no copió a nadie. Y por si fuera poco, hizo escuela. Hay artistas plásticos que no dudaron en llamar a los gordos para que se acercaran a sus obras. Solo menciono algunos: Pilar González, Alvaro Amengual, Daniel Pérez Acosta. Hoy esta reunión está de alguna manera presidida por la fastuosa presencia de Carlota Ferreira.
¿Clarel Neme tuvo/tiene el reconocimiento que se merece? No. Quizás en el mundo, la cotización de sus cuadros sea un indicador de cómo se observa su obra en el exterior, pero ¿qué pasa con el vínculo de Neme con el público uruguayo? Hay indiferencia. Ni siquiera hay ninguneo. Hay ignorancia. Hace algunos años, en ocasión de publicar una novela, Miguel Angel Campodónico dijo que lo que hacía en ese trabajo “era como pegar gritos de alerta.” Si bien lo dijo en términos generales, perfectamente puedo decir que Campodónico nos está diciendo a todos, no se olviden de este artista. Es más, lo dice explícitamente cuando indica que “los uruguayos nos hemos distinguido por nuestra capacidad de olvido, al tiempo que nos hemos ingeniado para dejar a un costado a quienes produjeron obras que por su valor continúan reclamando nuestra atención, es reconforta emprender trabajos de esta naturaleza en tanto se siente que pueden contribuir a que nuestra memoria se refresque. Sobre todo porque el interés que despertó la pintura de Clarel Neme en décadas pasadas terminó esfumándose con la rapidez de un fogonazo.”
Las pinturas de Clarel Neme no son un adorno y aquí este libro no nos deja mentir. Es la prueba de la vigencia de Neme a casi cinco años de su muerte.
Jaime Clara
La foto de Miguel A. Campodónico es del diario "La República", la de Clarel Neme del portal arteuy.com.uy, al igual que las reproducciones de las pinturas del artista. De la presentación participó el autor del libro y la crítica Alicia Haber.
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