El poético abrazo de la noche
A propósito de “Es inmensa la noche”, de Jaime Clara.
A propósito de “Es inmensa la noche”, de Jaime Clara.
Si bien Jaime Clara (San José de Mayo 1965) no es alguien desconocido
 para el público uruguayo tal vez sea una agradable sorpresa encontrarse
 con su poesía. Excelente periodista, conductor radial, docente y 
dibujante, Clara se estrena para el público uruguayo con Es Inmensa La 
Noche, si bien había debutado en estas lides con un libro al que no pude
 acceder todavía Sin Pecado Un Adorno(editorial Argenta- de Buenos 
Aires) en 1999. La Noche como poética y trascendente mezcla de 
misteriosa oscuridad y regazo materno , pero también infranqueable 
recorrido de soledad y acaso también de desamparo se extiende por este 
bien estructurado libro de 35 poemas. Dos elementos, que se sospechan 
nocturnos, se trasladan por estas páginas: La Muerte y otro factor 
importante para enfrentarla: La Esperanza. Esperanza también en la 
muerte definitiva de La Muerte:”… no es un ruego/es un deseo” (Una 
Esperanza). Se trata de llegar a través de ella como a través de un 
oscuro laberinto, a un lugar donde no se note la miseria del mundo que 
menciona André Bretón en uno de los excelentes epígrafes sembrados por 
el libro. La tarea es utópica y ardua  pues la esperanza supone el 
paralelo concepto de Fé. Pero esas ciudades son impías, 
despersonalizadotas: “Le llamó la atención que la ciudad estaba vacía: 
los semáforos funcionaban para ella sola , pero igual los respetaba” 
(Gloria). Las ciudades son ajenas porque “…los relojes, eternos, navegan
 por las calles. Un auto elude una nube al mismo tiempo que el futuro se
 cae.”  ( Apocalipsis Ahora). Un paisaje desolador, amedrentador, muy a 
pesar de los seres humanos responsables de esos no lugares. “Sólo el 
silencio habla” sentencia otro epígrafe esta vez del desaparecido 
compatriota Salvador Puig  y esta ciudad  parece resumir el soplo de  un
 Dios desolador: “no existe el odio/no brotan los sentimientos/es la 
comarca de la indiferencia(Gran Ciudad II).
Pablo Galante 

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