Kurt Westergaard,
el caricaturista de Mahoma que desencadena la cólera
COPENHAGUE (AFP) — El dibujante danés Kurt Westergaard, de 74 años, víctima el viernes de un intento de asesinato por sus controvertidas caricaturas de Mahoma, es un ex profesor alemán convertido en dibujante en 1983.
Su dibujo comparando al profeta con un terrorista, con la cabeza envuelta en un turbante en forma de bomba con la mecha encendida, desató la ira en todo el mundo musulmán.
Varias veces amenazado desde la publicación de sus dibujos satíricos en septiembre de 2005 en Jyllands-Posten, el principal periódico danés, Westergaard ya escapó a un intento de asesinato en 2008 gracias a la vigilancia de los servicios de inteligencia daneses, que intervinieron a tiempo para frustrar el atentado.
En octubre de 2009, el FBI desbarató un nuevo intento de dos individuos que planificaban matar al caricaturista, cuyo nombre se ha convertido en símbolo de la cólera de una parte del mundo musulmán contra Dinamarca.
Pero el viernes por la noche, el dibujante, cuya casa está bajo vigilancia día y noche, estuvo a punto de morir cuando un somalí de 28 años, que vive en Dinamarca, entró a la fuerza en su casa en Aarhus, armado con un hacha y un cuchillo.
A pesar de las amenazas de muerte, Westergaard no quiere ceder. "Pueden amenazarme, pero no conseguirán doblegarme", dijo el pasado mes de octubre en una revista.
"No tengo miedo, pero estoy muy enfadado por sufrir amenazas porque solo hice mi trabajo", dijo, y añadió que "el sentimiento de cólera" le ayudaba a superar el miedo.
Ex profesor de alemán, a Westergaard le gustó siempre el dibujo y era conocido por su imaginación desbordante, a veces provocadora en sus 26 años de pintor de acuarelas y de dibujante, según su entorno.
Su dibujo de Mahoma, sin que él imaginara sus consecuencias, trastornó su vida y la de su familia.
"Nunca podía imaginarme que estas caricaturas iban a desencadenar una tormenta así" en Dinamarca, dijo en septiembre de 2006 en un debate televisivo, en el que recordó que su dibujo "no está dirigido contra el Islam como tal".
"Pero la libertad de expresión entraña también la falta de respeto que puede herir u ofender", reconoció.
Principal blanco de los integristas musulmanes, Westergaard estuvo obligado a esconderse durante alrededor de tres años.
"Estuvimos obligados a cambiar varias veces de domicilio y de coche durante un largo período", declaró a finales de 2008 en una entrevista a una revista, en la que también decía que "echaba de menos su cama". En 2009, volvió a su residencia, pensando que las amenazas se habían por fin terminado. Pero fue en vano.
Galardonado con el Premio Sappho 2008 por su coraje y su "defensa implacable de la libertad de expresión, el derecho a la crítica de las religiones y las libertades fundamentales danesas", Westergaard, según él mismo dice, intenta todavía hacer honor a este reconocimiento.
Su dibujo comparando al profeta con un terrorista, con la cabeza envuelta en un turbante en forma de bomba con la mecha encendida, desató la ira en todo el mundo musulmán.
Varias veces amenazado desde la publicación de sus dibujos satíricos en septiembre de 2005 en Jyllands-Posten, el principal periódico danés, Westergaard ya escapó a un intento de asesinato en 2008 gracias a la vigilancia de los servicios de inteligencia daneses, que intervinieron a tiempo para frustrar el atentado.
En octubre de 2009, el FBI desbarató un nuevo intento de dos individuos que planificaban matar al caricaturista, cuyo nombre se ha convertido en símbolo de la cólera de una parte del mundo musulmán contra Dinamarca.
Pero el viernes por la noche, el dibujante, cuya casa está bajo vigilancia día y noche, estuvo a punto de morir cuando un somalí de 28 años, que vive en Dinamarca, entró a la fuerza en su casa en Aarhus, armado con un hacha y un cuchillo.
A pesar de las amenazas de muerte, Westergaard no quiere ceder. "Pueden amenazarme, pero no conseguirán doblegarme", dijo el pasado mes de octubre en una revista.
"No tengo miedo, pero estoy muy enfadado por sufrir amenazas porque solo hice mi trabajo", dijo, y añadió que "el sentimiento de cólera" le ayudaba a superar el miedo.
Ex profesor de alemán, a Westergaard le gustó siempre el dibujo y era conocido por su imaginación desbordante, a veces provocadora en sus 26 años de pintor de acuarelas y de dibujante, según su entorno.
Su dibujo de Mahoma, sin que él imaginara sus consecuencias, trastornó su vida y la de su familia.
"Nunca podía imaginarme que estas caricaturas iban a desencadenar una tormenta así" en Dinamarca, dijo en septiembre de 2006 en un debate televisivo, en el que recordó que su dibujo "no está dirigido contra el Islam como tal".
"Pero la libertad de expresión entraña también la falta de respeto que puede herir u ofender", reconoció.
Principal blanco de los integristas musulmanes, Westergaard estuvo obligado a esconderse durante alrededor de tres años.
"Estuvimos obligados a cambiar varias veces de domicilio y de coche durante un largo período", declaró a finales de 2008 en una entrevista a una revista, en la que también decía que "echaba de menos su cama". En 2009, volvió a su residencia, pensando que las amenazas se habían por fin terminado. Pero fue en vano.
Galardonado con el Premio Sappho 2008 por su coraje y su "defensa implacable de la libertad de expresión, el derecho a la crítica de las religiones y las libertades fundamentales danesas", Westergaard, según él mismo dice, intenta todavía hacer honor a este reconocimiento.
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