21 de octubre de 2011

El poético abrazo de la noche
A propósito de “Es inmensa la noche”, de Jaime Clara.

Si bien Jaime Clara (San José de Mayo 1965) no es alguien desconocido para el público uruguayo tal vez sea una agradable sorpresa encontrarse con su poesía. Excelente periodista, conductor radial, docente y dibujante, Clara se estrena para el público uruguayo con Es Inmensa La Noche, si bien había debutado en estas lides con un libro al que no pude acceder todavía Sin Pecado Un Adorno(editorial Argenta- de Buenos Aires) en 1999. La Noche como poética y trascendente mezcla de misteriosa oscuridad y regazo materno , pero también infranqueable recorrido de soledad y acaso también de desamparo se extiende por este bien estructurado libro de 35 poemas. Dos elementos, que se sospechan nocturnos, se trasladan por estas páginas: La Muerte y otro factor importante para enfrentarla: La Esperanza. Esperanza también en la muerte definitiva de La Muerte:”… no es un ruego/es un deseo” (Una Esperanza). Se trata de llegar a través de ella como a través de un oscuro laberinto, a un lugar donde no se note la miseria del mundo que menciona André Bretón en uno de los excelentes epígrafes sembrados por el libro. La tarea es utópica y ardua  pues la esperanza supone el paralelo concepto de Fé. Pero esas ciudades son impías, despersonalizadotas: “Le llamó la atención que la ciudad estaba vacía: los semáforos funcionaban para ella sola , pero igual los respetaba” (Gloria). Las ciudades son ajenas porque “…los relojes, eternos, navegan por las calles. Un auto elude una nube al mismo tiempo que el futuro se cae.”  ( Apocalipsis Ahora). Un paisaje desolador, amedrentador, muy a pesar de los seres humanos responsables de esos no lugares. “Sólo el silencio habla” sentencia otro epígrafe esta vez del desaparecido compatriota Salvador Puig  y esta ciudad  parece resumir el soplo de  un Dios desolador: “no existe el odio/no brotan los sentimientos/es la comarca de la indiferencia(Gran Ciudad II).

Pablo Galante

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