26 de noviembre de 2008

Arotxa & Figueredo

90 por dos*

Jaime Clara

LA CARICATURA es un género periodístico más, como la crónica, los reportajes o los editoriales. Es un género de opinión que transita a través del humor, la sátira y la síntesis ante las situaciones que se manejan desde los artículos de prensa. Otras veces el caricaturista hace que su dibujo se sostenga solo, que sea una imagen gráfica, independiente de cualquier texto. Según Ramón Columba, destacado caricaturista argentino de mitad del siglo pasado, "la caricatura no se ajusta a reglas ni preceptos".

El diario El País eligió a la caricatura como una de las formas para celebrar sus noventa años. Y lo hizo a través de un libro que en su tapa dura solo incluye el número 90, donde el cero es la tierra colgando de un hilo, y dos firmas responsables que no son ajenas a los lectores del diario: Arotxa y Figueredo.


A CUATRO MANOS. Rodolfo Arotxarena (1958) trabaja como caricaturista en El País desde 1975 y Marcello Figueredo (1966), desde hace casi una década, es editor de la revista Paula y columnista del diario. Ambos se juntaron para crear un libro que integra lo que cada uno hace cotidianamente: dibujar y escribir.

"Fue un proceso largo" explican los autores "a la vez que una discusión creativa muy interesante. Por momentos nos tentó la idea de hacer un libro sólo con personajes locales, pero terminamos convencidos de que era mejor repartir la dosis entre uruguayos y extranjeros. Aun así, elegir noventa no fue nada sencillo: parece un número alto, pero termina siendo un margen estrecho. De todas formas, seleccionar los personajes fue una tarea menos dificultosa que ordenarlos, porque una vez que empezamos a enfrentarlos unos con otros la secuencia cobraba un nuevo sentido cada vez que movíamos una pieza. Además, tratándose de un libro de clara impronta gráfica y visual, era muy importante que las caricaturas se llevaran bien una con otra desde el punto de vista artístico, técnico, estético y no sólo conceptual".

Arotxa dice que al utilizar un libro "el soporte es diferente cualitativamente, otro diseño y otros materiales. Una edición cuidada con excelente impresión donde la reproducción de la obra luce de otra manera si se la compara con la cotidiana del diario. La polución visual que muchas veces contienen los diarios, permite visualizar el trabajo de otra manera".

MAÑAS Y TIEMPOS. En las 180 páginas conviven las ilustraciones de Arotxa ya publicadas en su momento en El País, junto a brevísimos textos de Figueredo. Ambos se ocuparon de lo suyo "respetando las mañas y los tiempos de cada uno", confiesan.

En un libro como 90 se puede pensar que textos y dibujos compiten. Puede leerse como un libro de frases con caricaturas o mirarse como un libro de caricaturas con frases. Figueredo admitió: "me obsesionó la idea de no redundar ni excederme, porque al lado de las poderosas imágenes de Arotxa esos hubieran sido dos pecados imperdonables. Y definitivamente, en este libro no hay competencia entre palabras y dibujos, sino una amable y riquísima colaboración entre ambos. Creo que se llevan muy bien".

Las frases son inteligentes, ingeniosas, y contundentes. Alguna parece casi un poema de un solo verso. Por ejemplo, la caricatura de Pedro Figari está acompañada de esta frase: "Si la mano que lo pinta es capaz de pensar, el pasado de un país se vuelve poesía".

Arotxa comenta que convocó a Figueredo "porque necesitaba el complemento ideal para que el lector se regodease al recorrer las imágenes". Opina que "los textos son de una sagacidad y un afinamiento nada comunes en un medio periodístico que conozco hace muchos años. Manejarse con absoluta libertad y no verse tentado por la mera descripción de lo obvio era lo que necesitaban los dibujos".

Marcello Figueredo responde sobre si los textos surgieron a partir de los personajes o de los dibujos. "Las dos cosas, pero cuando me apuraba a escribir pensando sólo en el personaje como tal, y luego me enfrentaba serenamente a los dibujos de Arotxa, me daba cuenta que a partir de ellos podía darle una vuelta de tuerca al texto. En el caso de las caricaturas que quedan enfrentadas, que son muchas a lo largo del libro, el matrimonio entre palabras e imágenes es aun más determinante. Y como cambiamos el orden de los personajes una y mil veces, escribí y reescribí otras tantas".

Porque la buena caricatura apela a elementos poco comunes. Según el ensayista mexicano Carlos Monsiváis, "un dibujo crítico no es humorístico en el sentido de la búsqueda profesional de la carcajada. Sí induce a la risa, a la sonrisa y a todas las otras decapitaciones de la falsa grandeza, pero no va tras el chiste sino tras la paradoja visual, algo muy distinto. Las caricaturas perseveran en el recuerdo porque, además de la finura estilística, siguen siendo dibujos fantásticos, encauzados por las anotaciones ácidas sobre el poder, que notifican del canje del Más Allá por el Más Acá".

En 90, cada dibujo tiene vida propia. Pero también tienen otra lectura gracias a los textos. Por ejemplo, en la caricatura de Wilson Ferreira Aldunate se dice "para dar en el blanco de la historia, hay que vivir y morir como un ganador. Aunque se haya perdido siempre". También juegan los espacios y el blanco del papel, como ocurre en el dibujo de Marcel Marceau, una formidable caricatura del mimo francés. A su derecha, en la otra página transita, como en un escenario, Luciano Pavarotti. A ambos, la frase que los une les da una nueva dimensión: "se puede cautivar a la misma platea a voz en cuello o sin una sola palabra".

Los personajes que aparecen en el libro desfilaron por El País, durante las últimas nueve décadas. La primera parte está integrada, entre otros, por personajes políticos (desde José Batlle y Ordóñez y Aparicio Saravia hasta los presidentes Julio Ma. Sanguinetti, Luis A. Lacalle, Jorge Batlle y Tabaré Vázquez), integrantes del espectáculo y la cultura (Julia Moller, China Zorrilla, Estela Medina o Eduardo Galeano) o deportistas (Dogomar Martínez, el "Mono" Gambetta, Obdulio Varela o Milton Wynants). En la segunda parte se integra el resto del mundo, entre los que se cuentan Fidel Castro, Osama Bin Laden, Marilyn Monroe, John Kennedy, Hitler, George W. Bush, Compay Segundo, Gabriel García Márquez, Federico García Lorca o Ernesto "Che" Guevara. El propio Arotxa reconoce que "son noventa personajes, donde las ausencias son mayores que las presencias, como es lógico. Nuestra decisión y responsabilidad fue evitar la recopilación caricaturas de situación que tuvieron impacto en el pasado y que hoy ya no lo tienen".

Además de las caricaturas, el libro reproduce varios dibujos de Arotxa que cuentan de la solitaria carpa del primer Consejo de Ministros de la administración Vázquez, realizado en la localidad de Zapicán o la interpretación gráfica de cuando se encontraron los primeros restos de detenidos desaparecidos, entre otros.

El humorista suizo Rodolphe Töpffer, considerado el padre de la historieta moderna, dijo que "hay dos maneras de escribir historias, una en capítulos, líneas, palabras, en lo que llamamos `literatura`, o como en una sucesión de ilustraciones, lo que llamamos la `historia pictórica`". A este grupo pertenece 90.

EL PAÍS. 90 AÑOS, de Rodolfo Arotxarena (Arotxa) y Marcello Figueredo. Prólogo de Guillermo Scheck. Edición El País, 2008. Montevideo, 180 págs.


*Artículo publicado en "El País Cultural" 14 de noviembre de 2008.