Pasar los primeros años de vida rodeado de papeles y lá

-¿Hasta dónde tu talento se compone por herencia y hasta dónde es un don adquirido?
-Es algo que me pregunto muy seguido y no tengo muy claro. Soy tercera generación de dibujantes, algo de genética tiene que haber. Mi padre se dedicaba a esto y para mí era lógico, veía que en mí iba a ser igual de natural ganarme

¿Reivindicás el estudio del dibujo, o pensás que es mejor no pasar por la academia?
-Hoy en día creo que tomar clases me hubiera servido para no darme la cabeza contra la pared tantas veces. Recomiendo el aprendizaje académico, aunque siempre digo que mis verdaderos maestros están en los grandes museos. Para mí, ir a los grandes museos es como ir a la universidad: los grandes pintores te enseñan. A pesar de que me dedico a lo humorístico, siento que los que más me enseñaron fueron y siguen siendo los cuadros de Goya, Rembrandt, Picasso. Y también aprendo de mi viejo y de mis colegas, que admiro mucho.
-¿Qué tan lejos y qué tan cerca te sentís del arte de tu padre?
-Lo cito mucho en mis dibujos: tengo todo el permiso. Pero veo que él tiene profundidad psicológica, y yo me centro más en detalles como de una película, él va más a lo que les pasa por adentro a los personajes. Yo me centro en las situaciones. Además, él es más tradicional en su manera de componer, yo adquirí el uso de tecnología. El 99% de mis dibujos los boceto y después los retoco en la computadora.
-¿Cómo vivís el proceso de volcar una noticia hacia un dibujo?
-Estoy diariamente en la redacción, porque creo que para hacer bien mi trabajo tengo que funcionar como periodista. El dib

-¿Es posible encontrarle un lado humorístico a todos los temas?
-Yo siento que tengo el humor filtrado en mi cerebro, y creo que la ironía está en todo, sólo pasa por decir las cosas de manera más despierta, no chistosa o graciosa, sí ingeniosa. A veces, la ironía te hace llorar. Yo trato de que mis dibujos no sean superdramáticos.
-¿Sentís algún grado de censura para ejercer la gráfica en medios masivos?
-De por sí, uno tiene un mínimo grado de autocensura, para no ofender a los demás. Podés criticar a los gobernantes siempre en el marco del respeto. Yo creo que la censura existe, aunque yo no la sufrí salvo por alguna que otra llamada misteriosa que recibí en algún momento. Sí creo que hay demostraciones de susceptibilidad muy grandes, como lo que le pasó a mi viejo (fue cuestionado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner por una ilustración con su figura publicada en un medio masivo). Nunca vi que un presidente dedique todo un discurso a criticar un dibujo, cuando creo que tiene cosas mucho más importantes para hacer, eso te marca una pauta de que hay un clima de nerviosismo sobre lo que hacemos, y el clima enrarecido nos presiona a todos y nos afecta.
Si bien no es una entrevista nueva, sus opiniones son más que interesantes y se ajustan a la realidad.
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