No nos pongamos románticos ni tristes con la muerte.
De hecho es nuestro acto más singular, junto con
el nacimiento. Pensemos que es como preparar
el desayuno, así de ordinario. Romper dos huevos
en un tazón, o un tazón en dos huevos. Deslizarse
en un ataúd después de drenar los líquidos, o mejor,
deslizarse en el fuego. Claro que es un poco difícil
aceptar tu último beso, tu último trago, tu última
comida, sobre la cual los condenados pueden ser
muy suyos, como si pudiera haber una hamburguesa
con queso enviada por Dios. Algunos amantes indagan
con su ojo interior, pero es sobre todo un plácido
lago al amanecer, niebla creciente, la solitaria llamada
de un somormujo, y mirar el agua inmóvil y opaca.
Como niños, sabremos otra vez todo lo que estamos
destinados a saber: que el agua es fría y profunda,
y el sol penetra tan solo hasta cierto punto.
'Jim' Harrison (1937-2016)1 escritor estadounidense. Escribió poesía, novelas de ficción, ensayo, entrevistas e incluso libros de cocina. Nació un día como hoy en Grayling, Míchigan
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