Lincoln Maiztegui Casas (Montevideo, 1942) forma parte de una
generación de periodistas en vías de extinción. Es apasionado, temperamental,
riguroso, estudioso, enciclopédico y con una memoria única.
Por Jaime Clara Su último libro lo dedica al cine, pese a que se ha
especializado a escribir de historia, de política, de educación, hasta de
fútbol (es fanático de Nacional), de ajedrez y sobre fumadores. Lo del cine es
esporádico. En el libro que acaba de editar Planeta, reunió casi todos sus
artículos periodísticos sobre el séptimo arte.
De entrada se define
como cinéfilo y lo hace con la misma pasión con que defendió siempre sus
posturas. Durante su infancia y adolescencia, el cine era la única posibilidad
de sociabilización y conocimiento que existía. "Como todo niño de mi
tiempo, me inicié viendo los dibujos animados y, algo más tarde, los
largometrajes de Walt Disney, a quien considero un genio en la más completa
extensión del término." Y no se queda con esa simple y correcta descripción,
sino que le agrega "no me extraña que (Disney) no le gustara a Mario
Benedetti; la fantasía y la ternura no son para los mediocres, ni para los que
se creyeron haber descubierto las leyes que rigen (si es que tal cosa existe,
lo que no creo) el devenir del destino del ser humano." (pag 9)
Para Maiztegui es muy difícil, para un joven de hoy,
imaginar un mundo sin televisión, sin computadoras "y sin la pluralidad de artefactos
electrónicos que hoy sirven para divertir, comunicar y vincular a la gente",
como para los de su generación es difícil imaginar la ausencia de cines.
"Yo aprendí mucho más de la guerra de Argelia con la película La batalla
de Argelia (1965) de Gillo Portecorvo, que leyendo cincuenta libros", me
confesó hace algunos días durante una entrevista radial.
El libro Lo que el cine se llevó, es un recorrido por
grandes películas que aun hoy son disfrutables, en tanto fueron y serán
clásicos, como El golpe (1973) con Paul Newman y Robert Redford con la
maravillosa música de Scott Joplin o El gran escape (1963) con un multiestelar
elenco de estrellas, sobre una histórica fuga de presos en la Segunda Guerra
Mundial.
Pero no todo es nostalgia en este delicioso libro. Hay
reseñas sobre Tarantino, Batman y George Clooney o Glen Close pasando por
Travolta, Woodt Allen o Norma Aleandro y "el amor maduro".
Si se repasa el índice del libro, se descubre una muy
ordenada estructura de notas sobre cine en general, sobre actores, sobre
directores, sobre películas, obituarios y algunos textos personales, donde se
destaca una entrevista realizada al periodista y crítico Homero Alsina Thevenet
que no tiene desperdicio. "Pobreza hubo siempre; el interior era, en ese
tiempo (el de las vacas gordas) extremadamente pobre e inculto. Había miseria
en las ciudades del interior y en el cinturón de Montevideo. ¿De qué estamos
hablando? ¿De la riqueza de las vacas? Y de la ignorancia Ni hablemos. El
Estado uruguayo ha tenido siempre un discurso muy bonito sobre la cultura, pero
muy poca cosa práctica" (pág 346)
El libro de Lincoln Maiztegui es disfrutable e informativo.
Los textos, más bien breves, son contundentes y cargados de datos, lo que lo
hace también casi enciclopédico, como lo prendió ser el autor, resultado de una
generación única.
LO QUE EL CINE SE LLEVO. Lincoln Maiztegui Casas. Editorial Planeta.
382 páginas
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