Se acaba de editar un libro que repasa la vida de uno de los políticos más importantes que tuvo Uruguay, durante y post dictadura. Se trata de un personaje, cuya trayectoria es reconocida por muchos, aunque observada por otros. Lo que es seguro es que siempre, siempre, Hugo Batalla fue un hombre auténtico.
Por Jaime Clara.
Perfectamente el título del libro podría haber sido “El Hugo”, como siempre fue conocido, en lugar de “Hugo Batalla. Las luchas más duras”. Hugo Batalla siempre se sintió un legítimo hijo del Uruguay del bienestar, donde siendo hijo de un matrimonio de inmigrantes italianos analfabetos, se recibió de abogado y hasta llegó a la vicepresidencia de la República. Se emocionaba cada vez que lo recordaba. Fue dirigente estudiantil y sindical, fundó la lista 99 en el Partido Colorado junto con Zelmar Michelini, luego el Frente Amplio y luego el Nuevo Espacio. Por si fuera poco, hasta presidió la Asociación Uruguaya de Fútbol.
Pero Batalla fue mucho más que su derrotero político. Batalla fue el abogado defensor del líder tupamaro Raúl Sendic y de Líber Seregni, durante la dictadura. Fue un hombre que estuvo dispuesto a ayudar a quien lo necesitara en los momentos más oscuros que vivió Uruguay.
Batalla fue un referente moral, sin importar su ubicación política. Batalla fue de los dirigentes políticos que pagó más alto el peaje de la ingratitud de la política.
Confieso no poder ser ecuánime al hablar de Batalla, por un fuerte vínculo personal. Pero pocas veces vi a un dirigente político con convicciones tan fuertes. Sin embargo se lo tildaba de blando. “¡Blandos son los churrascos!” exclamaba.
Hugo tuvo amigos leales, pero también tuvo de los otros, de los oportunos y los oportunistas que se le acercaron. Y ese sí era un defecto de Hugo, su generosidad hizo que muchas veces se rodeara de gente que no merecía su amistad. Y la política –eso se sabe y no es leyenda- está lleno de puñales traicioneros.
El periodista Leonel García escribió un libro justo y necesario para sacar a Batalla de un inexcusable olvido. La minuciosa investigación está precedida por un prólogo escrito por el periodista Leonardo Haberkorn. “Este libro de Leonel García salda parte de la deuda que Uruguay tiene con ese gran hombre que fue Hugo Batalla. Se trata de una obra completa, documentada y escrita con las mejores características del buen lenguaje periodístico. Leyendo estas páginas, volví a ver al Batalla que veía en Zeta. Disfruté de la lectura y reí a carcajadas con las ocurrencias del Hugo, sus chistes y su humor absurdo (…) Recordé al Batalla político, al hombre que prefería tender puentes que dinamitarlos. Cómo no sentir indignación, al leer el libro, ante aquellos que impulsados por la nefasta lógica del todo o nada boicotearon el proyecto Zumarán-Batalla para castigar las violaciones más graves a los derechos humanos durante la dictadura. Ellos también son corresponsables de la espantosa ley de Caducidad, aunque no lo admitan. El libro entero vale la pena ser leído. Pero me gustaría destacar una frase. El capítulo que cuenta la vida de Batalla durante la dictadura militar lleva un gran título. Son apenas cuatro palabras que lo dicen todo: “Brilló en la oscuridad”. Porque Hugo Batalla alumbró con su coraje nuestra noche más oscura. Eso es algo que nunca debió ser olvidado, más allá de los vaivenes de la política. Los testimonios que recoge al respecto Leonel García mueven a conmoverse ante la generosidad y la valentía de un gran hombre que nunca posó de tal.”
HUGO BATALLA. LAS LUCHAS MÁS DURAS. Leonel García. Ediciones B.
Columna publicada en el diario Primera Hora de San José
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