28 de agosto de 2009

Uruguayos: Fermín Hontou "Ombú"



Fermín Hontou (Ombú, a la hora de firmar sus dibujos) Estudió dibujo en varios talleres (Esteban Garino, Pepe Montes, Julio Alpuy y Guillermo Fernández). Vivió en México D.F. (1982-1985) donde desarrolló su actividad de caricaturista político. En 1995 trabajó brevemente en el taller de litografía del Museu Do Trabalho de Porto Alegre, Brasil. Dirije junto a Tunda Prada el Taller de Caricatura e Historieta desde 1993 y desde 1999 editan la revista AlmaZen. Desde 1981 publica historietas, ilustraciones y caricaturas en medios de prensa nacionales y extranjeros como Opción, Jaque, La Hora Popular, El Dedo, Guambia, Brecha, Cuadernos de Marcha, El País Cultural (Uruguay), Unomásuno, Caminos del Aire, Snif, Cuadernos de Marcha (México), Monga (Brasil), Fierro (Argentina), El Ojo Clínico (España), La Voce, La Repubblica, Playboy (Italia), Courrier International y Le Monde (Francia).

27 de agosto de 2009

James Ensor por JC





James Ensor (1860-1949) fue un pintor belga que participó en los movimientos de vanguardia de comienzos del siglo XX. Influyó de manera importante en el expresionismo y el surrealismo. . Vivió en Ostende durante prácticamente toda su vida. Se destacó por la originalidad de su obra.

Tres de obras de Ensor





25 de agosto de 2009

El "dibujazo" de la década de los `70

Imperdible
Se inauguró una exposición que reúne a grandes dibujantes uruguayos


Por JORGE ABBONDANZA*

Qué época. Un momento histórico a la vez oscuro y brillante. El comienzo de los años `70 fue un trecho de brutal turbulencia para Montevideo, pero en su terreno artístico fue también un relámpago.
El teatro político tuvo su gran momento, las cinematecas florecieron velozmente y el arte plástico documentó la realidad con una avidez y una puntería inusitadas, como no lo había hecho antes ni volvió a hacerlo después. La exposición "El dibujo en los años 60 y 70 en el Uruguay" que ahora puede verse en la sala del Ministerio de Transporte y Obras Públicas sobre la Plaza Matriz (Rincón 575) y que se mantendrá habilitada hasta el 16 de septiembre, de lunes a viernes entre las 9 y 18 horas, es un buen ejemplo de lo que fue aquel aletazo de las artes visuales hace treinta y pico de años.
El impacto de los dibujos fue entonces tan espectacular que María Luisa Torrens lo definió como "el dibujazo". No se trataba solamente de la intensidad de los estilos personales, sino del grado en que esas modalidades remitían a la vida de la gente, testimoniando sobre el papel las cosas graves y muy graves que sucedían diariamente. El artista plástico se convirtió así en un mensajero, poniendo sus herramientas al servicio de una función alusiva y un alcance metafórico que acompañaban los estados de ánimo -por cierto arrebatados- que la gente vivía en la calle, a medida que la situación del país se enrarecía y podía desembocar en una crisis múltiple (política, económica, social, cultural), de la que se saldría trabajosamente una larga década después.

Entonces el dibujo de los artistas dijo al contemplador unas cuantas cosas, a medida que la situación nacional -y en particular el poderío represivo del Estado- condicionaban la capacidad de maniobra de ese lenguaje. Por medios eufemísticos, recursos indirectos y sutiles interlineados, los dibujantes estamparon la realidad y lo hicieron con modalidades que hoy pueden observarse en esta muestra donde resurgen algunos de los chispazos de la época, por los cuales desfilan muchos nombres que en buena parte tienen ya una resonancia fantasmal.
A través de las cuatro décadas que han pasado, lo que sigue sorprendiendo es el virtuosismo de los jóvenes artistas de entonces, los artífices del dibujazo que podían trepar hasta una destreza académica de primer orden, como Marta Restuccia, en cuya labor queda a veces el sello de lo que fueron las emociones del momento.
Por encima del desenfado de Carlos Barea en sus vitales garabatos o del trazo aéreo de Hermenegildo Sábat en su caricatura, algunos otros dibujantes en torno a esos años iniciales de la década del 70 establecieron la admirable prolijidad del lápiz para decir al espectador lo que convenía, con especial elocuencia en los trabajos de Domingo Ferreira (fechado en 1972), Eduardo Fornasari (1972), Víctor Mesa (1971) o Jorge Satut (1974), que propone una inefable alegoría. Algunos de esos talentos, como Ferreira y Satut, han seguido activos hasta hoy a través de la docencia o de las ilustraciones en medios gráficos, pero a la distancia de tantos años aquel legado setentista cobra hoy un valor histórico que debe agradecerse al empeño del MTOP, de la responsable de su sector artístico María E. Yuguero y al especialista Enrique Gómez, que en los años 60 y 70 supo estimular el campo de la plástica montevideana a través de la Galería U y luego del Centro Uruguayo de Promoción Cultural. Ahora tiene la buena suerte de resucitar aquel período a través de esta muestra colectiva donde los montevideanos del presente pueden codearse con el pasado.
* Publicado en "El País" 25 de julio de 2009

20 de agosto de 2009

Del dicho al hecho por JC

Ilustración para el artículo sobre el libro "Del dicho al hecho" de Alvaro Amoretti, publicado en Primera hora de San José.

18 de agosto de 2009

Uruguayos: Francisco Graells "Pancho"












Francisco Graells, Pancho, nació en Caracas en 1944, de madre uruguaya y padre venezolano; se trasladó a Montevideo con su madre en 1951. En Uruguay publicó en Marcha, en Extra, De Frente, en la revista La Bocha, en La Balota, que se publicaba con Ahora y en el semanario Brecha entre otros medios. En la actualidad también es un frecuente colaborador del suplemento Cultural de El País de Montevideo.


En 1973, con el golpe de Estado, decidió emigrar primero rumbo a Buenos Aires, después a Caracas y finalmente a París en 1983 donde continúa unido al humor gráfico y a la prensa. En la capital francesa colabora desde 1986 en Le Monde y hoy es uno de los cuatro dibujantes que diariamente ilustran las páginas del diario. Colabora también con el semanario satírico Le Canard Enchaine y otras publicaciones europeas. Foto del artista tomada de El Espectador.

14 de agosto de 2009

Horacio Quiroga por JC


Dibujo publicado en el libro "Diario y correspondencia. Volumen 5" Horacio Quiroga. Editorial Losada.

13 de agosto de 2009

Saul Steinberg (1914-1999)

El dibujo que permanece*
Jaime Clara

Harold Ross fue el fundador de The New Yorker y Rea Irvin, su director de arte. A finales de la década de 1920 plantearon un nuevo modelo de publicación en el que integraron, al artículo periodístico, el humor, a través del aporte sutil de la línea y el dibujo. La propuesta fue un éxito. Siempre resultó imposible calcular el número de lectores que miraban primero los dibujos, para luego ingresar a la lectura de las notas. La necesidad de la ilustración en revistas de gran tiraje, permitió que el trabajo gráfico, o el dibujo humorístico, pasaran a formar parte de la función periodística tradicional. Esto llevó a los dibujantes de periódicos a explorar terrenos insospechados de su imaginación. Uno de los nombres emblemáticos de la época es el de Saul Steinberg, nacido en Ramnicul-Sarat (Rumania), considerado el padre de la caricatura norteamericana moderna.

Estudió psicología y sociología en Bucarest y arquitectura en Milán. “Los estudios de arquitectura son un magnífico entrenamiento para hacer cualquier otra cosa menos arquitectura”, declaró en una entrevista. Durante la Segunda Guerra Mundial dibujaba caricaturas antinazis y copias de sus tiras cómicas, con representaciones de Adolf Hitler y Benito Mussolini, fueron distribuidas y publicadas en periódicos de la resistencia. En 1941 huyó de Italia hacia los Estados Unidos con un pasaporte que él mismo había falsificado. No le fue bien: fue deportado junto a otros refugiados rumanos que también huían de Europa, a República Dominicana. Desde allí envió sus primeros trabajos a The New Yorker. Fue en esos primeros dibujos, muy simples, casi infantiles, donde se le comenzó a señalar su habilidad para captar los rasgos más característicos de la cultura popular norteamericana. Siempre conservó sus raíces europeas, lo que con una prudente distancia, le facilitó una perspectiva crítica en su propuesta plástica. Con prestigio llegó definitivamente a Nueva York y en 1943 logró la ciudadanía estadounidense.

En julio de 1958, Alejo Carpentier, como crítico de arte en su columna Letra y solfa de El Nacional de Caracas, escribió que “la caricatura ha rebasado el mero chiste, el chiste ilustrado –a la manera inglesa o francesa- para hacerse un instrumento de indagación, de revelación. Quien haya hojeado sus últimos libros habrá observado que, del terreno de los seres humanos, la caricatura de Steinberg ha pasado al terrero de las cosas, a la crítica de los objetos, de los vehículos de los artefactos y máquinas que han invadido la vida cotidiana del hombre.” En aquel momento el dibujo norteamericano logró una calidad de factura y de contendido difícil de igualar. El trabajo del artista reflejaba influencias y motivaciones personales, incluso intereses políticos y estéticos. Encaró la sátira gráfica como un arma contra la hipocresía, como una idea para describir la condición humana y un medio de diversión. En más de una ocasión apareció en fotografías con una bolsa de papel cubriendo su cabeza, sobre la que dibujaba la caricatura de un rostro sonriente que reflejaba, según él lo que hacían los estadounidenses “fabricar una máscara de felicidad para ellos mismos.”

Icono neoyorkino Por su calidad artística fue comparado por algunos críticos con Pablo Picasso o Joan Miró. En el terreno plástico reconoció influencias de Georges Seurat, Paul Klee, de la pintura egipcia, o del cubismo, aunque dijo que, con frecuencia, se inspiraba en el arte más denostado, el que adorna las paredes de los baños públicos. Su trabajo se considera un aporte a la historia del arte moderno y sus obras figuran en los museos más importantes. Simples pero profundos dibujos a tinta china y acuarelas que mostraban animales levemente grotescos y horrorosos, así como cocodrilos arrastrándose por las calles de la ciudad, figuras mitad animal y mitad ser humano, y rascacielos distorsionados. A medida que su estilo se tornó más abstracto, sus dibujos se llenaron de letras, números o signos de puntuación.

Realizó ilustraciones para afiches con imágenes típicas de Nueva York y sobre aspectos emblemáticos de la cultura norteamericana. El edificio Chrysler, el “Tío Sam”, la Estatua de la Libertad y Mickey Mouse, entre otras, se repiten con frecuencia en sus obras, por lo que se transformó en un auténtico icono de la gran manzana. Más de una vez se lamentó porque que era presentado como el “hombre de los posters”.

“Uno de los problemas al escribir acerca del ingenio de Steinberg es precisamente el hecho de que sus dibujos lo consiguen mejor de lo que las palabras nunca lo harían; es un artista de nuestro tiempo que ha encontrado nuevos modos de convertir la propia palabra en una imagen de su significado”, dijo el destacado crítico e historiador de arte, Ernest H. Gombrich.

El citado artículo de Carpentier finaliza con una afirmación contundente: fue Saul Steinberg quien llevó a la caricatura a ser considerada como una de las bellas artes. El dibujante rumano-norteamericano murió el 13 de mayo de 1999, en la ciudad que lo adoptó, Nueva York.

*Artículo publicado en "El País Cultural" el 1º de agosto de 1999.

10 de agosto de 2009

El "Gardelazo" por Arotxa






El caricaturista uruguayo Rodolfo Arotxarena (1958) -Arotxa- es el autor de la gigantografía erigida en 1997, sobre la ruta 5, a la entrada del departamento de Tacuarembó (al norte de Uruguay) donde todo indica que nació Carlos Gardel. La enorme caricatura, patrocinada por el diario El País, donde Arotxa realiza sus dibujos, mide de 17 mts de base por 26 mts.de altura. ¿Será la caricatura más grande? Aqui van algunas fotos de "El Gardelazo" y un par de dibujos de Arotxa publicados en El País.

4 de agosto de 2009

Venezuela por Zapata







Pedro León Zapata (1929) pintor, escritor, caricaturista y humorista venezolano. Vivió en México. Desde 1958, radicado nuevamente en Caracas, fue profesor de dibujo a la Facultad de Arquitectura de la Univesidad Central de Venezuela, entre otros insitutos. Se incorporó al "diarismo" gráfico y sus colaboraciones como caricaturista, al principio para el periódico "Dominguito" y luego a partir de 1965, ininterrumpidamente para "El Nacional" de Caracas, en el cual inició su columna "Zapatazos", cuya continuidad diaria ha mantenido. Como caricaturista, Zapata ha sido galardonado con el Premio Nacional de Periodismo. Ha publicado los libros: "Zapatazos", "¿Quién es Zapata?", "Zapata vs. Pinochet", "Lo menos malo de Pedro León Zapata", "Zapatazos por Uruguay", "Zapata absolutamente en Serio", "Caracas, Monte y Culebra", "Breve Crónica de lo Cotidiano", "Los Gómez de Zapata", De la A de Arte a la Z de Zapata y los volúmenes zapata, firme y Firme Zapata.